Los diálogos, tu mejor herramienta.


Tu proyecto audiovisual no cuenta con los astronómicos presupuestos de las películas de Hollywood, por lo que no podrás contar historias con grandes escenas de acción. Por eso, una herramienta importante que ayudará a tu narración serán los diálogos de los personajes.

Al principio este suele ser un tema algo costoso, por lo que comparto contigo algunos consejos con respecto a los diálogos:

-      No son conversaciones reales, sino un artificio. Las conversaciones que mantenemos en la vida real son más largas, incoherentes, llenas de pausas o de cortes, y eso aburriría a tu público y les alejaría de la historia. Se puede ser realista con diálogos irreales.

-      Evita abusar de adjetivos, palabras complejas y florituras. Insisto: no estás escribiendo una novela. Recuerda que la palabra hablada no se asimila tan fácilmente como el texto escrito.

-      Los diálogos deben transmitir emociones de los personajes. No hablan por hablar, sino para que les conozcamos. El diálogo debe ser significativo.

-      La palabra es acción: lo realmente importante no es lo que los personajes dicen, sino lo que hacen con aquello que dicen.

-      El subtexto, lo que el personaje nos cuenta entre líneas, es tan importante como el texto. Por eso se incluyen acotaciones acompañando a los diálogos (entre paréntesis y en cursiva, por ejemplo: elevando el tono de voz, mirando enfurecida, llena de alegría, con tono de cansancio…).


-      Busca equilibro entre diálogos y acción. Suele recomendarse estas proporciones: 30% diálogos – 70% acción en cine, 50%-50% en tele y 70%-30% en teatro.

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