La luz en tu proyecto audiovisual
La luz será un elemento fundamental
que te ayude a definir la mirada de tu proyecto audiovisual. Este es uno de los
aspectos más complejos en la planificación, por lo que hablar de iluminación
requeriría dedicarle un blog entero. Para comenzar, mi recomendación es que
combines dos acciones:
-
Simplifica: recurre a iluminaciones naturales
y utiliza el modo automático (es el modo seguro).
- Juega: experimenta siempre que puedas con
el uso de luces artificiales y cambios de parámetros en el modo manual, como la
sensibilidad, apertura de diafragma, temperatura de color o tiempo de
exposición (es el modo atrevido, que conlleva riesgos, pero abre posibilidades).
Iluminar no se limita a arrojar luz
sobre los personajes y el escenario, sino que supone una buena disposición de
los instrumentos de iluminación (normalmente posterior, frontal y lateral) y un
equilibrio de los colores. Hay por tanto varios parámetros de la luz que
deberás controlar como su dirección,
cantidad, o color.
Cualquiera que sea el objetivo de la
iluminación, es necesario trabajar con dos tipos de luces:
- Luz dura: generadas por luces directas y de gran potencia. Es muy
direccional, iluminando áreas pequeñas y produciendo sombras muy fuertes. El sol
de un día claro y sin nubes puede convertirse en un gigantesco proyector de luz
direccional.
- Luz
difusa: ilumina áreas
relativamente grandes a través de un haz amplio y poco definido. Al disminuir
el contraste, suaviza las sombras e incluso las elimina. En días nublados, las
nubes actúan de difusoras del sol, transformando sus rayos en una luz más
suavizada.
Quizás habrás oído hablar de la
importancia de la temperatura de color en la imagen. Esto se refiere al color
dominante que generan las diversas fuentes de iluminación que utilices. Si la
temperatura de color es baja predominarán los tonos amarillos y rojos y si la
temperatura es alta habrá mayor presencia de azules.
Se mide en grados Kelvin y los proyectores suelen tener dos medidas
estandarizadas: 3.200ºK para las lámparas incandescentes (es una luz más
cálida) y 5.600ºK en las lámparas de descarga (luz más fría, también llamada luz día porque se asemeja a la
iluminación diurna). Por ese motivo suele asociarse 3.200ºK a grabaciones en
interiores y 5.600ºK a las que se realizan en exteriores.
La temperatura cromática se puede modificar utilizando filtros sobre la fuente de luz. Además, las cámaras de vídeo cuentan con la opción de balance de blancos (puede ser manual o automático), que permite reajustar el color para evitar que haya dominantes cromáticas independientemente del tipo de luz empleada.
En cuanto a la disposición de los
proyectores, dependerá de muchos factores y requiere de un gran dominio y
entrenamiento. La opción más básica es el llamado triángulo de iluminación,
llamado así porque se emplean tres direcciones de la luz.
- Luz principal o luz clave: es la que
incide en mayor medida sobre la superficie del sujeto u objeto a iluminar.
Normalmente es una luz fuerte en un término medio entre dura y difusa.
-
Luz de relleno: es la que se utiliza para suavizar las sombras generadas por la luz
principal. Suele ser una fuente de luz difusa aunque puede ser
direccional si el área por rellenar es pequeña. Se coloca formando un ángulo de 5 a 30 grados al lado
contrario de la luz principal.
-
Luz de fondo o de contraste: sirve para añadir profundidad
y separar los elementos de la escena. Se puede utilizar cualquier tipo de luz
con este fin, siempre que proporcione una iluminación uniforme del fondo y no
afecte al sujeto principal. En ocasiones se utilizan dos proyectores distintos:
uno para el fondo y otro detrás del sujeto y opuesto a la
cámara.
En
la siguiente fotografía Maggie Simpson te muestra este esquema básico de
iluminación.
Triángulo básico de
iluminación (elaboración propia a partir de dibujo de Matt Groening).
¡Muy interesante!
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