Más recursos expresivos: la profundidad de campo y la composición.

La profundidad de campo

Un aspecto muy importante que repercutirá en la mirada de tu proyecto audiovisual es la profundidad de campo: qué eliges enfocar y qué no.

Utilizar una profundidad de campo reducida puede servirte para destacar un elemento sobre el fondo o aislar un objeto que aparece mucho más nítido que los demás. Una profundidad de campo amplia te permite mostrar todo el escenario enfocado sin obviar ningún detalle.

Jugar con la profundidad de campo es importante, ya que el cambio de enfoque redirige la atención del espectador, algo esencial a la hora de enfatizar tu mensaje.

Imagina que vemos a una persona sin hogar en primer término y el fondo está desenfocado. Ahora cambias el foco y detrás se ve con mayor nitidez cómo hay un grupo de ejecutivos saliendo del edificio de la Bolsa. Jugando con la profundidad de campo has provocado la reflexión en tus espectadores.

La profundidad de campo viene condicionada por varios factores, como la apertura del diafragma de la cámara (dejas pasar más o menos luz), la distancia de los objetos, y el tipo de objetivo que utilices.

Probablemente no cuentes con equipos profesionales y tu herramienta de trabajo sea un móvil o una cámara de fotos en modo vídeo, donde las opciones manuales son más limitadas.

Hoy en día las cámaras de los smartphone también permiten seleccionar áreas concretas a enfocar dentro de la imagen (tocando la zona en la pantalla), pero normalmente esto sólo puede hacerse con las fotos y no con los vídeos, a no ser que instales aplicaciones como Cinema FV-5 (Android) o Filmic Pro (iOs).

Si tienes la suerte de contar con una videocámara de ópticas variables, te animo a que experimentes con las distancias focales, es decir, con el tipo de objetivo.

-       Los objetivos llamados normales tienen un ángulo de visión parecido al del ojo humano, unos 45º. La apariencia de la imagen es similar a la que vemos a través de nuestros ojos

-       Los objetivos angulares son los que abarcan un campo de visión más amplio que el del ojo humano. Permiten encuadrar grandes planos generales y provocan la sensación de que el sujeto se separa del fondo. Ofrecen una profundidad de campo mayor (más nitidez en todos los objetos de la imagen).

-       Por el contrario, los teleobjetivos tienen ángulos de visión muy reducidos. Aproximan objetos lejanos y hacen que los elementos aparezcan más juntos. Permiten dar primeros planos y de detalle, y generan sensación de pegar el sujeto al fondo. Tienen menos profundidad de campo (la zona que aparece enfocada es menor).

También puedes investigar con el uso del diafragma en el modo manual: cuanto más  lo cierres (número f más alto) mayor profundidad de campo conseguirás (pero menos luminosa será la imagen).

La composición.

La composición es jugar con la distribución de los elementos dentro del cuadro para reforzar la idea que quieres transmitir.  Componiendo consigues guiar al espectador, priorizar o quitarle protagonismo a determinados elementos y dar ritmo a la narración.

En toda composición ha de existir, por tanto, un punto de atracción que destaque de los demás, reclamando el interés. Esto lo consigues fundamentalmente identificando los elementos significativos, aquellos que tienen peso visual, aquellos en los que tus espectadores van a fijarse.

El peso visual viene determinado por factores como:

-       El tamaño: nos fijamos en los elementos más grandes.

-       Posición: tienen mayor peso visual los objetos situados arriba y a la derecha del cuadro.

-       El color: los colores cálidos pesan más que los fríos.

-       La textura: superficies rugosas destacan más que las pulidas.

Para componer puede ayudarte aplicar la regla de los tercios. Divide el campo visual en tres partes verticales y horizontales. Cada una de las intersecciones de las cuatro líneas son los llamados puntos fuertes. Allí es donde deberás situar el objeto que quieras resaltar en tu composición.

Esto suele generar mayor atracción en el espectador que cuando el objeto de interés está en el centro del campo visual. En caso de que hubiera dos centros de interés, es recomendable buscar dos de estos puntos y siempre que sea posible opuestos, formando una diagonal.


Regla de tercios. (Elaboración propia a partir de fotograma de la película Forrest Gump)

Las composiciones que se ajustan a esta regla suelen tener más armonía, fuerza y equilibrio. Pero recuerda que las reglas de composición están hechas para romperlas en aquellos casos que estimes necesarios.

Otro concepto importante a la hora de componer es el aire. Se entiende por aire el espacio que queda entre la figura humana y el resto del encuadre. Tus composiciones deben tener un aire equilibrado, evitando que sea excesivo o escaso. Si la persona mira hacia un lado, el aire debe recaer sobre el espacio al que dirige la mirada.

Aire de miradas. (Elaboración propia a partir de dibujo de Matt Groening)


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