Preproducción: claves antes de empezar a grabar.
La fase de preproducción es
aquella en la que se planifica y se preparan todos los recursos necesarios para
la puesta en marcha de tu proyecto audiovisual. Incluye además la creación de
la idea y redacción del guión, y decidir cómo se plasmará esa historia en
imágenes y sonidos.
Por eso es recomendable no correr ni dejarse llevar por las prisas. Es
momento de pensar, reflexionar e imaginar.
Es muy importante que durante esta primera fase establezcas un plan de trabajo que involucre a todas
las personas integrantes del equipo. Para ello las tareas a realizar deben
estar muy bien definidas y cada participante debe conocer bien cuál será su
función durante esta etapa.
Las reuniones se convierten en el principal sistema de trabajo durante la
preproducción. En ellas debes facilitar que cada participante exponga sus ideas
libremente, a la vez que enfatizar la importancia de buscar un acuerdo común.
Para evitar desigualdades de participación, puedes alternar diferentes
metodologías:
-
Reflexiones escritas individuales.
-
Propuestas por parejas.
-
Subgrupos de trabajo.
-
Reuniones grupales.
Durante estos encuentros toca debatir y también negociar. Por eso te
recomiendo que los acuerdos alcanzados y los compromisos de tareas a realizar
queden registrados por escrito en vuestro cuaderno
de actas. También sería bueno que la responsabilidad de redactar ese
documento sea una tarea rotativa. Todo esto facilitará mucho la dinámica de
trabajo.
El género audiovisual escogido para tu proyecto afectará a las distintas
fases de producción. Por ejemplo, en un documental no puedes hacer previsiones
de rodaje tan minuciosas como en un corto de ficción. La preproducción en
ficción estará más dirigida a elaborar vuestro guión, mientras que en un
documental la dedicaréis más a investigar y recabar información, así como a
concretar fechas de entrevistas.
En todo proceso de creación audiovisual siempre surgen imprevistos. Cuanto
más trabajada esté la fase de preproducción mejor se resolverán las
dificultades y más se aprovechará el tiempo.
En este vídeo-consejo te hablo de ello:
Vídeo-consejo #23. El Plan B.
Juan Maravall, 2013. Duración: 26 segundos.
Efectivamente el tiempo es oro y el tiempo vuela en toda producción audiovisual. Por eso planificar al detalle
te permitirá sacar el máximo rendimiento a cada jornada de trabajo. Es bueno
que preveas de antemano el tiempo aproximado para aspectos como los traslados
al lugar de grabación, la preparación del equipo técnico y artístico, o el
número de tomas a grabar.
Un buen plan de rodaje es aquel en el que a la hora de ponerse a grabar
todo el mundo sabe exactamente qué es lo que tiene que hacer y cuál es su plan B si algo falla. Siempre hay dos
maneras de hacer una misma cosa, y tener eso previsto te ahorrará muchos
dolores de cabeza.
Otra estrategia que evita pérdidas de tiempo innecesarias es organizar los
planes de rodaje por espacios y horas del día, y no tanto por su orden
cronológico en el relato. Por ejemplo, si el principio y final de tu historia
transcurren en un parque por la mañana, intenta grabar ambas secuencias el
mismo día, y ya lo ordenaréis después
en la fase de postproducción.
Aunque siempre hay excepciones: si los espacios son cercanos y tu grupo es primerizo puede ser aconsejable que grabéis según el orden de acontecimientos de la historia, ya que de esta manera controlarán mejor la construcción del relato.
Muy interesante y práctico.
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